La segunda película sobre la misma premisa estrenada este año (el ataque a la CASA BLANCA), es una cinta superior a su predecesora por una razón muy clara: Es un chiste muy bien contado. Hablar de la carrera del director alemán Roland Emmerich no enorgullecería a ningún cinéfilo que aprecia el cine como arte, pero lo hecho por él debe ser el mejor trolleo a la sociedad estadounidense, y lo que lo hace más chistoso aún, hacerlo pasar como símbolos de patriotismos.
Porque desde EL DÍA DE LA INDEPENDENCIA Emmerich viene echando abajo los símbolos del poderío norteamericano. La CASA BLANCA ha sido destruida en todas sus producciones de catástrofes y esta vez el chiste fue aún más lejos, metiéndose hasta en los baños de la residencia presidencial y riéndose de la imagen que representa el presidente de EEUU.
La historia es similar a la contada en ATAQUE A LA CASA BLANCA (comentada también acá). Terroristas se apoderan del lugar y un aspirante al servicio secreto de EEUU queda dentro del lugar y decide proteger al presidente a cómo de lugar y de pasada salvar a su hija que estaba en una visita guiada. Como les dije, muy similar a su cinta clon.
La diferencia radica en que acá hay más presupuesto para los efectos especiales y Emmerich optó por la comedia de acción. Propone una buddy-movie pero con el presidente de EEUU como el personaje de los chistes e inútil.
Ilógica por donde se le mire, EL ATAQUE es una película para disfrutar sin pensarla mucho. Se olvida al rato de haberla visto, cómo la mayoría de las películas del director, pero dentro de su filmografía, ésta es la más interesante por la forma de reírse en la cara de los gringos y haciéndoles creer que sus películas son pro-américa cuando realmente es un bullying con nombre y apellido.
Por @OsvaldoSolorza
[youtube]http://youtu.be/O5xD75ynvrE[/youtube]