En la ciudad rumana de Cluj-Napoca decidieron que sudar un poco no le hace daño a nadie: ahora los pasajeros pueden obtener su boleto de autobús haciendo 20 sentadillas frente a una máquina inteligente que cuenta cada repetición. La medida busca motivar actividad física diaria y sacar autos de las calles, convirtiendo la simple rutina de tomar locomoción en un pequeño gimnasio urbano con premio incluido… ¡Ojo, son sentadillas, no sentones para los malpensados!
El sistema también incorpora criterios de inclusión: las personas con discapacidad y los adultos mayores viajan gratis, sin necesidad de demostrar condición física alguna. Con esta propuesta, la ciudad mezcla salud, movilidad sostenible e igualdad de acceso, demostrando que el transporte público puede ser eficiente… y hasta un poco ¿entretenido?
¿En que condición física estamos para algo así acá?
