Un nuevo estudio publicado en la revista One Earth reveló que las altas temperaturas no solo derriten helados, sino también el buen ánimo. Según los investigadores, el calor puede aumentar la irritabilidad, el cansancio, el mal humor e incluso la apatía en personas de todo el mundo, convirtiendo los días de calor extremo en una especie de prueba de resistencia emocional. Uno de los autores, Siqi Zheng, explicó que estas olas de calor no solo afectan la salud física o la productividad, sino también el estado de ánimo diario de millones.
El médico neurólogo y académico de la Universidad de Santiago, Pedro Chaná, respaldó estos hallazgos y afirmó que existe “evidencia sólida” de que el calor ambiental tiene un efecto directo en la salud mental. El estudio plantea un desafío creciente para las ciudades, que deberán prepararse no solo para el impacto físico del calor, sino también para su efecto emocional…