Las autoridades chilenas, junto a representantes de Studio Ghibli, lograron detener la entrada de cerca de 600 juguetes falsificados, incluyendo réplicas de “Mi Vecino Totoro” y “Doraemon”, que pretendían ingresar al mercado nacional. El hallazgo fue posible tras una intervención de aduanas, que identificó 300 unidades inicialmente, lo que motivó una querella por infracción a la ley de Propiedad Intelectual e Industrial.
El Juzgado de Garantía de San Antonio declaró admisible la querella y ordenó que los juguetes permanezcan retenidos, mientras se envían los antecedentes al Ministerio Público para su investigación. Esta acción marca un nuevo golpe contra el comercio de falsificaciones en Chile, que hace rato tiene en la mira tanto juguetes como otros productos populares.