Un video grabado en Bielorrusia ha provocado una ola de indignación mundial: muestra a un bebé de apenas un año siendo presuntamente tatuado por sus propios padres para participar en un concurso organizado por el streamer Andrey Burim, conocido como Mellstroy. El influencer habría prometido regalar departamentos a quienes publicaran los videos más extremos vinculados a su proyecto “Mellstroy-Game”, asociado a un casino en línea.
En el registro, grabado y editado por la madre, se observa al pequeño llorando mientras le tatúan en el brazo la frase “Mellstroy-Game”. Los padres, de origen ruso, justificaron su participación alegando dificultades económicas y el deseo de ganar una vivienda. La grabación, difundida por medios rusos y replicada por The Sun, ha reavivado el debate sobre los límites del contenido extremo y la responsabilidad en redes sociales…
