Un estudiante de 13 años en Florida pensó que la mejor forma de pasar el recreo era preguntar a ChatGPT “cómo matar a mi amigo en clase”. El sistema de monitoreo escolar del Southwestern Middle School no encontró el chiste muy divertido y dio aviso inmediato a las autoridades. La policía llegó hasta el establecimiento y arrestó al menor, que aseguró que todo se trataba de “una broma”.
Las autoridades del condado de Volusia recordaron que, en tiempos de inteligencia artificial, las bromas pesadas se convierten en expedientes policiales a velocidad récord. Ahora, además de una charla con los padres sobre el buen uso de la tecnología, el caso sirve como recordatorio de que lo que se escribe a la ligera en un chat puede acabar con una visita a los calabozos… ¡No hagan tonteras!
