Un reciente estudio confirmó lo que muchos dueños de mascotas ya intuían: jugar con un perro es una de las formas más efectivas de reducir el estrés. Investigaciones internacionales, revelan que interactuar con estos animales disminuye de manera significativa los niveles de cortisol, la hormona asociada al estrés, mientras que aumenta la producción de oxitocina, conocida como la “hormona de la felicidad”.
Estos cambios químicos en el cuerpo generan calma, mejoran el estado de ánimo y fortalecen el vínculo entre humanos y sus mascotas.