Los pistachos no solo son un snack delicioso: son una de las fuentes naturales más ricas en melatonina, la hormona que regula el sueño. Según estudios, estos frutos secos aportan entre 200 y 230 nanogramos de melatonina por gramo, superando ampliamente a otras opciones como uvas, cerezas o nueces. Consumir un pequeño puñado antes de acostarse podría elevar ligeramente los niveles de esta hormona, ayudando a relajarse y conciliar un sueño más profundo.
Además de la melatonina, los pistachos contienen magnesio y vitamina B6, nutrientes que apoyan la producción natural de melatonina y serotonina, potenciando sus efectos sobre el descanso. Sin embargo, los especialistas aclaran que estos frutos secos funcionan como un complemento: mantener la habitación oscura, limitar el uso de pantallas y respetar horarios de sueño siguen siendo claves para dormir bien.