Un estudio de Harvard reveló que contar con una pareja que brinde apoyo emocional puede extender la vida de una persona hasta una década. Esta conexión afectiva reduce el estrés, regula los niveles de cortisol y fomenta hábitos de vida más saludables, como una mejor alimentación y el ejercicio regular.
Además del impacto en la longevidad, las relaciones de apoyo influyen positivamente en la salud mental, elevando la autoestima y disminuyendo síntomas de ansiedad y depresión. En definitiva, más que solo una compañía, una pareja comprometida puede ser un verdadero pilar para el bienestar físico y emocional.