Según diversos estudios, puede ser una poderosa herramienta para fortalecer la comunicación y complicidad en las relaciones de pareja. Compartir humor en entornos digitales fomenta la creación de códigos propios, potencia la intimidad y refuerza los lazos afectivos. Este tipo de interacción, aparentemente banal, cumple un rol fundamental en el desarrollo de vínculos emocionales saludables.
Desde la psicología, este fenómeno se asocia al “pebbling”: pequeños gestos cotidianos que comunican afecto, atención y presencia emocional. Enviar un meme puede ser una manera sutil de decir “te tengo en mente”, sin necesidad de grandes declaraciones. Se plantea que estos intercambios, aunque breves, tienen efectos positivos en el bienestar emocional y la estabilidad del vínculo, contribuyendo a una comunicación más fluida y a un mejor manejo del estrés en pareja.