En Renca, la parada del transporte público se convirtió en el nuevo hito turístico involuntario de la comuna. Un paradero fue instalado al revés, con su estructura orientada directamente hacia una reja y de espaldas al flujo vehicular, lo que complica ver si viene la micro. La situación, que fue reportada por el matinal Mucho Gusto, llevó a la periodista Darynka Marcic al lugar, donde presenció esta curiosa obra de arte urbano contemporáneo —que, si bien no sirve para esperar micros, al menos puede usarse como refugio existencial.
Los vecinos, entre risas e incredulidad, confirmaron que el paradero lleva una semana instalado así, dejando como único acierto las señales podotáctiles que, por milagro o suerte, sí apuntan en la dirección correcta. Mientras tanto, en la vereda del frente, el paradero opuesto solo cuenta con un cartel sin techo, lo que algunos interpretan como una metáfora del estado del transporte público. “Es la ingeniería del país, están acostumbrados a que todo se haga mal”, dijo una vecina con una mezcla de sarcasmo y resignación que ya es parte del ADN chileno.
