Un nuevo estudio ha confirmado lo que muchos sospechaban: los perros pueden llegar a parecerse a sus dueños, no solo físicamente, sino también en su forma de ser. Investigaciones han detectado sorprendentes coincidencias entre el largo del cabello de algunas personas y las orejas de sus perros, similitudes en la zona ocular e incluso una correlación entre el índice de masa corporal del dueño y el peso de su mascota. En algunos experimentos, desconocidos lograron emparejar con éxito fotografías de personas con las de sus perros, evidenciando que el parecido no es solo una idea subjetiva.
Además, la personalidad también parece reflejarse. Según un estudio de la Universidad de Missouri, individuos extrovertidos, neuróticos o amables suelen tener perros con características similares. Esta conexión se atribuye a la elección inconsciente de mascotas que nos representan, a la socialización diaria y al estrecho vínculo emocional que fomenta la imitación de gestos y comportamientos.