Una mujer griega decidió divorciarse luego de que la inteligencia artificial interpretara los restos de café en la taza de su esposo y sugiriera que él estaba teniendo una aventura. Así es, ChatGPT ahora puede leer los restos de café que quedan en el fondo de una taza.
La parejita llevaba 12 años de matrimonio y tienen dos hijos. La mujer habría subido una foto del fondo de su taza de café al chatbot, pidiéndole una lectura en clave de tasseografía, práctica que consiste en adivinar el futuro a través de los posos de café o té. La IA habría respondido que el hombre estaba pensando en iniciar una relación extramatrimonial con una mujer cuyo nombre empezaba con “E”.
La esposa lo terminó echando de la casa, luego explicó a sus hijos que se estaban divorciando, y finalmente le envió una notificación formal por parte de su abogado. Todo en cuestión de tres días. El esposo, sorprendido, se negó a una separación consensuada y cuestionó la validez de una acusación basada en una lectura automatizada. Su abogado argumenta que las afirmaciones de un chatbot no tienen peso legal y que rige el principio de presunción de inocencia.