El sistema digestivo de cada persona genera gases de forma completamente natural, como parte de los procesos internos que permiten la correcta digestión de los alimentos. Expertos explican que, en promedio, podemos liberar entre 500 mililitros y 1,5 litros de gases intestinales a diario. Aunque la mayoría de estos gases provienen del aire que tragamos al hablar o al comer, también se generan por la acción de las bacterias intestinales que descomponen ciertos alimentos.
Estos volúmenes pueden cambiar dependiendo de la dieta, la actividad intestinal y la diversidad de bacterias que habitan en nuestro intestino. Así, quienes consumen grandes cantidades de legumbres, fibra o ciertos alimentos ricos en FODMAPs —como cebolla, ajo o manzana— podrían experimentar una mayor producción de gases.