Turquía ha lanzado una campaña nacional para combatir la obesidad que ha generado controversia y críticas. La iniciativa, anunciada por el ministro de Salud, Kemal Memisoglu, busca pesar a 10 millones de personas en espacios públicos antes del 10 de julio de 2025. Personal sanitario mide la altura, el peso y el índice de masa corporal (IMC) de los ciudadanos en plazas y eventos públicos, entregándoles una tarjeta informativa sobre su estado de salud. Aquellos identificados con obesidad son derivados a un dietista en su ciudad.
La campaña ha sido objeto de burlas en redes sociales, donde algunos la han denominado “cacería de obesos”. El ministro Memisoglu respondió en su cuenta de X (anteriormente Twitter): “Queridos jóvenes, leo lo que escriben en las redes sociales. Son muy divertidos, pero el tema del sobrepeso es serio”.
Expertos en salud, como el endocrinólogo Ilhan Yetkin, reconocen la gravedad del problema de la obesidad en Turquía, que según la Organización Mundial de la Salud afecta a uno de cada tres adultos, la tasa más alta de Europa. Sin embargo, critican la campaña por considerarla insuficiente para generar conciencia y proponen medidas más profundas para abordar el problema.
