Quizás te ha pasado, pero ante una pelea o discusión verbal, quizás prefieres optar por el silencio para poder evitarlo, pero esto tiene un efecto secundario, estarías arriesgando un costo emocional alto.
Al no expresar en su totalidad lo que realmente sientes o piensas en el momento crucial de la discusión, se acumulan frustraciones y tensiones internas. Elementos que con el tiempo generan cansancio mental, estrés y malestar personal.
Pero ojo, siempre se pueden separar las cosas, ya que hablar con respeto y claridad no es pelear, es cuidarse. Aprender a comunicar lo que sentimos también es parte de nuestra salud emocional, sobre todo en las discusiones entre amistades, familiares, parejas e incluso en la pega.