La historia se volvió a repetir: Una mujer de 63 años vivió el sueño de muchas personas: recibir mensajes de Enrique Iglesias. Sin embargo, su emoción se convirtió rápidamente en pesadilla cuando descubrió que el cantante nunca le había escrito. Lo que parecía ser un coqueteo virtual resultó ser una estafa, y la mujer terminó gastando más de 3.000 dólares creyendo que estaba charlando con el famoso artista. Esto se detuvo cuando su esposo real, y no el supuesto Enrique, investigó el origen del número telefónico con el cual hablaba su señora, y adivine: sí, era de África.
Enrique Iglesias, al enterarse de la situación, salió a aclarar que él no estaba detrás de ese “romántico” mensaje y advirtió a sus seguidores sobre los peligros de las estafas en redes sociales. Así que, si alguna vez recibes un mensaje sospechoso de Enrique, Brad o Leo, piénselo dos veces antes de enviar dinero, o asegúrese de que sea el real.
