A cinco años del inicio de la vacunación masiva contra el Covid-19, han salido a la luz casos aislados de mujeres que reportaron un notable aumento en el tamaño de sus senos tras recibir la vacuna de Pfizer. Uno de los casos más destacados es el de una joven canadiense cuya talla pasó de una copa B a una triple G debido a una rara afección conocida como hiperplasia estromal pseudoangiomatosa (PASH), vinculada a una respuesta inusual del tejido mamario.
Expertos recalcan que este efecto secundario es extremadamente raro y que no hay evidencia de una relación causal directa con la vacuna. Además, destacan que los beneficios de la inmunización, como la reducción de hospitalizaciones y muertes, superan ampliamente los riesgos de estos episodios. Pese a la polémica que generan casos como este, la comunidad médica sigue alentando a la población a confiar en la seguridad y eficacia de las vacunas.