¡Sorpresa espacial! Hace tan solo unas semanas, un grupo de astrónomos del Centro de Planetas Menores del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian anunciaron entusiasmados el descubrimiento de un nuevo asteroide cercano a la Tierra, al que bautizarían como el 2018 CN41. Sin embargo, la emoción duro bastante poco, porque cosas de días se dieron cuenta de que el supuesto asteroide no era más que el Tesla Roadster que el mismísimo Elon Musk lanzó al espacio en 2018 a bordo de un cohete Falcon Heavy de SpaceX. Este deportivo rojo, con el maniquí “Starman” al volante, había estado orbitando silenciosamente y decidió hacer una reaparición estelar, ilusionando a más de un científico.
Este incidente pone en la palestra los desafíos que enfrentan los astrónomos debido al creciente número de objetos no rastreados en el espacio, como satélites y basura espacial, que pueden dificultar la detección de amenazas reales provenientes de asteroides. Jonathan McDowell, astrofísico del Centro de Astrofísica, señaló que estos gustitos representan un obstáculo para los esfuerzos de defensa planetaria. Así que, mientras esperamos el próximo “descubrimiento” espacial, recordemos que no todo lo que brilla en el cielo es una roca espacial; a veces, es solo un auto deportivo en su viaje interestelar.
