Un grupo de terraplanistas llevó a cabo un ambicioso proyecto denominado “El Experimento Final”, invirtiendo millones en una expedición a la Antártida para confirmar su hipótesis de que la Tierra es plana y está rodeada por un muro de hielo. Durante el viaje, los investigadores buscaron evidencias de un fenómeno que, según sus creencias, debería demostrar que el sol se oculta y reaparece detrás de esta supuesta pared helada diariamente. Sin embargo, se encontraron con una realidad innegable: en el verano austral, el sol nunca se oculta, describiendo un movimiento continuo que contradice directamente sus teorías.
Ante estos hallazgos, varios miembros del grupo reconocieron la solidez de las explicaciones científicas actuales. Jeran Campanella, una figura destacada entre los terraplanistas, declaró: “Muy bien, muchachos, a veces uno se equivoca en la vida”. Esta declaración marcó un giro inesperado dentro de la comunidad, que históricamente ha desafiado el consenso científico. d.