Un estudio ha encendido las alarmas en los gimnasios al revelar que las pesas pueden contener hasta 362 veces más bacterias que un asiento de inodoro. Además, el informe muestra que las bicicletas estáticas tienen 39 veces más microorganismos que una bandeja reutilizable de cantina, dejando claro que el equipo de ejercicio puede ser un foco de gérmenes.
A pesar de lo preocupante de estos resultados, los expertos en salud aseguran que el riesgo de infección es bajo si se toman medidas de higiene simples. Desinfectar el equipo antes y después de usarlo, así como lavarse las manos al finalizar el entrenamiento, son prácticas claves para mantenerse protegido.