¿Podría la clave de una cita exitosa estar en lo que pedimos para comer? Un estudio sugiere que la plenitud gastronómica influye en la disposición al romance.
Investigadores de la Universidad de Drexel y la Universidad de Pensilvania han destapado el secreto mejor guardado del amor: el camino hacia el corazón realmente pasa por el estómago. Publicado en la revista científica Appetite, involucró a 20 mujeres de peso normal. Estas mujeres fueron divididas en dos grupos: aquellas que habían intentado perder peso anteriormente y las que no.
Después de un ayuno de ocho horas, las participantes fueron sometidas a escaneos cerebrales mediante fMRI mientras se les mostraban imágenes variadas, desde objetos neutrales hasta imágenes románticas: Los resultados fueron reveladores ya que después de consumir un batido sustitutivo de 500 calorías, las respuestas cerebrales de las mujeres a las imágenes románticas se intensificaron significativamente. Esto sugiere una conexión directa entre la saciedad y una mayor apertura al romance: Con el estómago lleno, las imágenes románticas encendían las áreas del cerebro asociadas con el placer y la conexión.
Estos hallazgos plantean interesantes preguntas sobre el papel de la comida en nuestras interacciones románticas. ¿Podría ser que una cena satisfactoria en una cita incremente las posibilidades de una conexión romántica? Este estudio sugiere que sí, destacando los sabores dulces como principales detonantes de la atracción. Así que sí, pedir postre en esa cita especial no solo es una delicia para el paladar, sino también para el corazón.
Así que, no sé, po tome nota, mijo.