El estudio fue publicado por los compas de Plos One, quienes descubrieron que el hambre tiene un impacto heavy en nuestras emociones y toma de decisiones…
No tan solo provoca la tan esperada irritabilidad y el enojo clásico, sino que también afecta nuestra percepción del mundo y nos hace más propensos a ser impulsivos en nuestras acciones.
La relación entre el hambre y la volatilidad emocional resalta cómo nuestras necesidades fisiológicas pueden influir en nuestra salud psicológica.