Ocho años después de ser adoptado como un cachorro, Max fue devuelto al refugio por su familia debido a “circunstancias imprevistas”. La Sociedad de Pensilvania para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales (PSPCA) compartió la triste situación en sus redes sociales, describiendo cómo el perro estaba destrozado y había dejado de comer. El caso de Max conmovió a una empleada del refugio, quien decidió llevar la historia a TikTok, logrando que el video se volviera viral con más de dos millones de visitas en pocos días.
Gracias a la viralización del video, una persona cercana a la antigua vida de Max se contactó con la PSPCA para darle un nuevo hogar. Aunque la identidad del nuevo dueño no fue revelada, se confirmó que Max encontró un lugar lleno de amor y cuidado, mostrando una vez más el poder positivo de las redes sociales para transformar vidas.