Un estudio de la Academia China de Ciencias Sociales se puso a investigar por qué los recién casados tienden a ver más números en la báscula y encontró algo bastante intrigante: Durante los primeros cinco años de matrimonio, los hombres tienen más probabilidades de añadir centímetros a la cintura. Esto es por la comodidad que entrega el matrimonio, así los hombres se van relajando… pero quizás se relajan demasiado.
La receta para ganar peso post-boda es simple: Menos ejercicio, más comida. Básicamente, después de casarse, los hombres les gusta darse al placer de la comida y al reposo como si fuera un deporte olímpico.
¿Soluciones? Los expertos en nutrición tienen algunas ideas para frenar esa expansión involuntaria. Primero, moverse más. No se trata de correr un maratón, pero sí de levantarse de la silla cada media hora o dar un paseo después del almuerzo.
Luego está la comida: Planear tus menús con anticipación para evitar ese momento de debilidad cuando todo lo que tienes en el refri es pizza congelada y bebidas.
Y para aquellos que quieren un consejo rápido: Olvida la comida rápida y empieza a buscar cosas verdes y frescas.
En resumen, el matrimonio es re lindo, pero no tiene que ser el comienzo de una relación amorosa con la grasa corporal. Así que, cabros con alma de espartanos, no dejen que el amor se les quede en la guatita. Mantengan la chispa y las calorías a raya, y todos seremos felices.