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¡El único santo que existe!
Una mujer en Filipinas se llevó la sorpresa de su vida al descubrir que la figura a la que había estado rezando devotamente durante cuatro años, pensando que era el Dios Buda, no era otra que Shrek.
La protagonista de esta historia adquirió una figura verde pensando que representaba a Buda, sin imaginar que su objeto de devoción era, de hecho, un personaje de cuento de hadas. Fue solo hasta que un amigo la visitó y, con sorpresa, le señaló que la estatua era en realidad el querido personaje de “Shrek”, que la mujer se percató del error.
La fe, esa poderosa fuerza capaz de “mover montañas” … (y pantanos) según el refrán popular, fue lo que mantuvo a esta mujer rezando diariamente frente a la figura de Shrek, en una muestra de devoción y espiritualidad que trasciende las barreras de la realidad y la ficción. Este episodio, ocurrido en Filipinas, resalta cómo en un mundo repleto de diversas religiones y creencias, desde el cristianismo hasta el budismo, y del hinduismo al ateísmo y el islam, la fe de cada persona es una experiencia única y profundamente personal.
