El Glaucus atlanticus, conocido como el dragón marino azul, se asemeja a un Pokémon encantador y pequeño, pero bajo su aspecto encantador se esconde uno de los animales más venenosos del océano. Con apenas tres centímetros de tamaño, este gasterópodo nudibranquio es capaz de asimilar venenos letales de otros depredadores marinos para su defensa.
A pesar de su aspecto inofensivo, su picadura desencadena síntomas similares a los de una medusa, incluyendo intenso dolor, náuseas, vómitos y reacciones alérgicas graves. Lo sorprendente es que este pequeño dragón azul no produce su propio veneno, sino que lo adquiere al alimentarse de otros animales marinos letales. La apariencia adorable de este Pokémon de la vida real puede engañar a los desprevenidos, haciéndolos ignorar su verdadero y peligroso potencial.