Todos conocemos esa famosa excusa de culpar al alcohol por habernos liado con alguien poco atractivo en una noche loca. Pero, ¿qué hay de verdad en esta afirmación milenaria? Un estudio reciente ha arrojado luz sobre este misterio, y los resultados son tan hilarantes como reveladores.
El estudio, liderado por Molly A. Bowdring de la Universidad de Stanford, desmintió la creencia popular de que el alcohol nos hace ver a los demás más atractivos. En lugar de eso, el alcohol parece actuar como una dosis de confianza líquida, impulsando a las personas a acercarse a quienes ya consideraban atractivos. Así que, si alguna vez te arrepentiste de tus elecciones nocturnas, parece que las luces de la disco y el alcohol no son los culpables.