La conmovedora historia de Sully, un perrito que a los 9 años comenzó a mostrar comportamientos extraños como hacer sus necesidades dentro de casa, caminar en círculos y ladrar al aire, ha puesto de manifiesto un problema sorprendentemente común pero poco conocido: la demencia en mascotas. Su dueña, Bridget Allen, nunca imaginó que su leal compañero pudiera desarrollar esta enfermedad hasta que lo encontró perdido en un bosque cercano, confundido y sucio. El veterinario confirmó que Sully tenía una demencia “clásica”. Este caso ha encendido las alarmas sobre la importancia de reconocer los signos de demencia en perros y gatos mayores.
Según diversos estudios, entre el 14 y el 35% de los perros mayores de 8 años pueden padecer demencia, mientras que en gatos de 11 a 14 años, esta cifra alcanza casi un tercio, llegando al 50% en aquellos de 15 años o más. A pesar de estas estadísticas, se necesita una mayor conciencia sobre este problema, ya que la demencia en mascotas puede ser sutil. Los síntomas incluyen confusión, desorientación, olvido de habilidades previamente aprendidas y cambios en los patrones de sueño. En el caso de los gatos, un aumento en la vocalización es un signo evidente. Aunque estos síntomas pueden imitar otras condiciones médicas, es crucial consultar a un veterinario para un diagnóstico preciso y brindar el apoyo necesario a nuestras queridas mascotas en esta etapa de sus vidas.