Segunda noche festivalera. Y una jornada cargada a lo juvenil. Pese a que originalmente sería la noche de Maná, Tini llegó para ocupar el lugar e imponerse con sus temas, los mismos con los que desde hace una década ha conquistado a una audiencia sub 20. Y ellos hicieron lo suyo, porque la argentina no supo de pifias y sólo conoció la mejor cara del Monstruo: se llevó la Gaviota de Plata y de la de Oro, símbolos máximos de esta fiesta musical.
Y se veía venir el éxito del comediante Diego Urrutia, de 28 años. Desde Temuco, radicado en Santiago, llegó a Viña del Mar con poco aviso: hace una semana se confirmó su presencia reemplazando a Yerko Puchento. Y su humor se basó en lo cotidiano, demostrando que la identificación temática es la clave a la hora de subirse al escenario de la Quinta Vergara. Cantó, escuchó al público y sacó tanta risa con la simpleza de su rutina, que la Gaviota de Plata llegó hasta sus manos y después de un bloque de humor musical, se llevó la de Oro. Quedó pendiente entregarle el choripán a su crash.
Tras las competencias, Emilia Mernes tomó el mando. Era su regreso al Festival de Viña, pero ahora como solista y lejos del grupo Rombai, con el que pisó ese escenario en 2017. Ahora Emilia Mernes llegaba desde Argentina con una carrera en solitario y acompañada de su familia entre el público. Y conquistó al “Monstruo” en la noche más juvenil. En poco tiempo logró obtener la Gaviota de Plata, un par de canciones después y muy emocionada se alzó con la de Oro, a pedido de una audiencia que estaba esperándola y no aflojó hasta más allá de las 2.40 de la madrugada. Rusherking y el dúo argentino MYA también fueron parte del show de Mernes.