¿Algun amigo ha llegado llorando a tus brazos contándote que le hicieron ghosting? Si aún no sabes que significa este término, te contamos que este nombre es utilizado cuando la persona con la que estabas teniendo onda decide mandarse a cambiar o no contestar nunca más mensajes ni llamadas telefónicas, convirtiéndose así en un fantasma tras no dar ninguna señal de vida.
Este comportamiento de abandono físico y emocional puede desatar un montón de preguntas culposas, existenciales y afectar el autoestima de la persona ghosteada. Debido a la importancia que ha tomado este término en el último tiempo, el portal de psicoterapia “PsychologyToday” identificó ocho características de la gente con tendencia a hacer ghosting, buscando así que nos mantengamos alerta y evitar que nuevamente nos rompan el corazón.
Características de los ghoster
- Evitación: se trata de personas que evitan el conflicto, la angustia o conversaciones incómodas.
- Juventud: las probabilidades de que alguien haga ghosting aumentan mientras más joven es la persona.
- Creencia en el destino: las personas que creen que las parejas están predestinadas son más propensas a terminar una relación mediante ghosting.
- Ansiedad: quienes sufren de niveles más altos de ansiedad pueden tenerle miedo a las consecuencias de una ruptura, por lo que terminan tomando la decisión de evitar esa situación y simplemente desaparecer.
Características de la relación
- Preocupación por la propia seguridad: el ghosting es más probable cuando alguien tiene miedo a que su pareja reaccione con agresiones físicas o verbales ante ciertas situaciones.
- Recibir contenido sexual no solicitado.
- Cuando alguien intentó terminar su relación afectiva y la otra persona no aceptó los motivos de la separación.
- No se comparte un mismo círculo social: con pocas probabilidades de cruzarte con tu pareja se puede terminar volviendo un fantasma.
Por último, si has sufrido de ghosting o tu amigo está sanando sus heridas amorosas, lo importante es que se den una pausa para conectar con su ser interior y preguntarse “¿qué me dicen mis pensamientos”?, para luego cuestionar las suposiciones y así no cargar con la culpa de una relación fallida.
