Lo dice la ciencia: a mayor inteligencia, más monógama la especie. Investigaciones internacionales aseguran que en el reino animal son los más avanzados los que se rigen por mantener una única pareja toda su vida. Las palomas son ejemplo de ello y se les reconoce un alto nivel de comprensión del entorno.
Se han registrado casos en los que estas aves incluso se dejan morir cuando han perdido a su pareja de siempre. Y eso se ha observado también en otros animales que “mueren de amor”. El cisne y el cóndor son también ejemplos de este tipo de relaciones. Y coinciden con ser especies más inteligentes que varios de sus símiles.
La otra razón fundamental por la que los animales optan por la monogamia tiene que ver con la crianza de los hijos. Si una especie habita un ambiente lleno de peligros y carente de recursos, su descendencia enfrenta un gran riesgo de morir joven.