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Este estudio que trae nuestro @StavrosMosjos es del archivo y merece ser analizado otra vez. Si estás estudiando algún idioma y te tomas unos bebestibles diabólicos para practicar podrías parecer un hablante nativo… o algo así.
Investigadores de la Universidad de Liverpool y del King’s College de Londres aseguraron que unas copitas extra pueden ser un buen aliado para hablar otro idioma con fluidez y mejorar, considerablemente, tu pronunciación.
El estudio consistió en elegir a un grupo de 50 alemanes que estaban tomando clases de neerlandés. Luego fueron a tomarse una cosita poca y les pidieron que tuvieran una conversación con un grupo de neerlandeses seccionado por los investigadores. Todos aseguraron que los estudiantes hablaban con gran pronunciación y buena dicción.
Según Inge Kersbergen, doctora del Instituto de Psicología, Salud y Sociedad de la Universidad de Liverpool, cuando consumimos alcohol aumenta la confianza en nosotros mismos y nos sentimos mucho menos preocupados por la presión social y por eso nos lanzamos a hablar en otras lenguas, sin temores, y el “hablamiento” fluye mucho más.
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