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Una vida sin lujos: Bad Bunny cuenta detalles de su infancia

08 de Octubre de 2020

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08 de Octubre de 2020

Todos tenemos claro que Bad Bunny es inquieto, siempre está sorprendiendo con su infinidad de publicaciones, temas, colaboraciones, premios, su propia línea de Crocs, línea de helados, portadas de revistas emblemáticas, pero hoy sorprende con algo más natural y es con una entrevista donde habla de su común infancia. 

Como todos los artistas de la industria, Bad Bunny ha sido criticados por millones de haters en todo el mundo, pero el artista se ha sabido cómo mantener en pie ganado un puesto importante dentro de la música latinoamericana y por sobre todo el respeto de sus pares. Quizás por esa fuerza de voluntad, él ha podido contar algo más de su vida con suma tranquilidad.

Esta vez, los que estuvieron a cargo de la entrevista fue The New York Magazine con la misión de conocer más sobre la vida del artista y, por supuesto, publicarlo en su portada. En la entrevista no solo habla de las distintas facetas del cantante, también muestra cómo ha sido su evolución como artista y como persona. Su historia es un libro abierto.

El escrito menciona; “No hubo nada extraordinario en la crianza de Benito: nació en una familia de clase media baja, un hogar estable y católico, con dos padres que trabajaban ‘pa mantenernos’ y dos hermanos menores, Bernie y Bysael”.

 

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Lo que da una gracia sana, es que el artista contó cómo era de niño, lo que hacia con sus amigos (y es lo mismo que hicimos muchos en nuestros barrios) y la inocencia que lo acompañó hasta su adolescencia: “Yo era solo un chico de campo. Ni siquiera sabía dónde estaba. Estaba parado allí tratando de preguntarle a alguien ¿dónde está Walmart? ¿Dónde está GameStop? Siempre que iba a Plaza, iba a esos kioscos que tenían todo tipo de caramelos, con las bolsitas, y tú los llenabas y los pesabas”.


Su familia era de pocos recursos, en medio de la revista recordó que ni él ni sus amigos podían darse el lujo de comprar en los grandes emporios de la música. Sus limitaciones económicas fueron un motor para buscar su pasión. Bad Bunny siempre quiso entregar su vida a la música, idea inculcada por sus padres, quienes escuchaban a importantes cantantes, entre ellos Héctor Lavoe.

Incluso la madre de Benito lo dejaba escuchar solo a un artista del mundo del reguetón, y era a Tego Calderón, pero existió una canción que lo motivó en su carrera, y fue “Pa’ Que Retozen”. Para Benito, Tego era su “artista favorito”, y utilizaba sus mañanas para escuchar la radio e imaginarse su momento para adentrarse en los placeres particulares de su propia generación y que lo llevaron a convertirse en la estrella que es hoy en día, que está en constante evolución y lo demuestra en cada trabajo que realiza.

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